Hoy la humanidad se enfrenta a la difícil situación de hacerse cargo del impacto que genera en el planeta. Dentro de ese impacto, entendemos que habitamos un ecosistema laboral complejo, que impacta directa e indirectamente en nuestra salud, estilo de vida, familia y sociedad.

La pandemia del COVID-19 solamente aceleró un proceso. Hoy se han caído los telones, caretas y decorados. Nos encontramos en un escenario de incertidumbre de la cual sin ninguna duda personas, familias, sociedades, empresas y países saldremos adelante.

En la historia, la humanidad, ha enfrentado este tipo de situaciones en innumerables oportunidades. Esta pandemia nos enseña a los líderes que dar demasiadas cosas por sentado, genera más un lastre que una ayuda. Es más importante el ingenio, la flexibilidad, la capacidad de adaptación y sobretodo, la capacidad de aceptación de la pérdida. Todos en un sentido o en otro perderemos algo durante esta pandemia, es una época de pérdidas. Nos obliga a generar un cambio a los “empujones”. Pero el filósofo chileno Maturana tenía una frase que decía: “Lo más importante del cambio no es lo que tenemos que cambiar, sino tener absoluta claridad sobre lo que realmente queremos conservar”.

Debemos estar parados sobre la cruda realidad y teniendo la claridad de las cosas que queremos conservar, arrojados al mundo y obligados a transformar viejos paradigmas en nuevas apuestas. Hoy más que nunca, los equipos esperan de su líder honestidad, realismo, flexibilidad, vulnerabilidad y foco.

Está demostrado que la resiliencia existe en las personas, familias y sociedades. También está demostrado que la gente, cuando está rodeada de un contexto emocional sano, acciona su capacidad resiliente de manera mucho más fácil. Por otro lado, a las personas huérfanas de afecto, cariño y contención, encontrar algo a lo que aferrarse para ponerse de pie les resulta prácticamente imposible.

El bienestar como timón de la tormenta

Promover el bienestar organizacional (BO) es un acto de conciencia organizada. Es colocar a los colaboradores en el centro de la escena entendiendo que, en la nueva normalidad, la verdadera innovación es gestionar los malestares que nos afectan, desde hace años, en el mundo organizacional. Sólo así las compañías podrán posicionarse frente a sus accionistas, líderes, proveedores y, sobre todo, clientes internos y externos; brindando una ventaja que la haga única desde su mismidad.

Un CEO en la actualidad debe ser un líder humano, parado sobre los zapatos de la realidad. Sólo saldremos adelante trabajando inteligente y austeramente. Esto implicará actuar por la salud, la inclusión de cada colaborador y sus circunstancias.

El bienestar en las organizaciones es casi la única herramienta que podría brindarnos la contención, energía y guía para sacar adelante a personas y equipos, ya que el resto de las variables cada vez parecen más lejanas e inmanejables. El ser humano es gregario, vive en sociedad, actúa en comunidad. Este compartir éxitos y fracasos es lo que nos diferencia y nos hace humanos.

Como organización recomendamos escribir nuevos valores humanizantes. Como equipos acompañar y explorar nuestras fuerzas y vulnerabilidades por igual. Como individuos escuchar y ser escuchados en un solo contexto, que es el del cariño y la realidad.

Como CEO hoy no se trata de ser exageradamente optimista, ni exageradamente pesimista, se trata de vivir y gestionar el día a día de nuestros sueños, encarnando nuestros nuevos valores de austeridad y humanidad.

Entrenamiento en bienestar

El bienestar corporativo puede estudiarse perfectamente. Para ello se necesita abarcar múltiples disciplinas desde un triple enfoque: aspectos teóricos que hacen al bienestar de los colaboradores, habilidades que deben ser entrenadas y, además, actitudes necesarias para habitar este paradigma.

Programas del estilo “Chief Happiness Officer”, “Leader Happiness Officer” y “Educando para la Felicidad” son requisitos indispensables para gestionar la emocionalidad de los colaboradores, quienes deben contemplar que la organización hoy se trasladó a la sala de cada familia, a su propio hogar.

Medición y Auditoría de Bienestar: el factor clave.

El bienestar de cada colaborador es un aspecto subjetivo e individual. Las personas conforman equipos de trabajo y estos equipos hacen a la organización. Medir el bienestar es posible, siendo mitad arte y mitad ciencia, interpretar el sentir de una empresa requiere de un trabajo desarrollado por expertos donde nada queda librado al azar.

El trabajo cotidiano suele dividir a las organizaciones en tribus, estas tribus se encuentran tensionadas por diferentes causas que deben descubrirse, medirse y mediarse. El comprender a cabalidad los aspectos que generan tensión es la punta del ovillo para el desarrollo de hipótesis, detección de causas del malestar, investigaciones exploratorias dentro de la organización y establecimiento de cursos de acción para la mejora continua.

El bienestar puede y debería auditarse. Muchas áreas de recursos humanos aprovechan las auditorías de bienestar para demostrarle a los directivos el impacto de sus acciones dentro de la organización. Asimismo, muchos directivos con áreas poco desarrolladas a nivel HR se apalancan en los procesos de auditoría para conocer el estado actual de prácticas, procesos y procedimientos que impactan en las personas.

¿Estamos listos?

Una organización está lista para iniciar el camino del BO cuando sus máximas autoridades tienen la convicción y elementos requeridos para acometer este desafío de mediano y largo plazo.

Antes de hablar de bienestar tenemos que tener la seguridad de que este proyecto cuenta con el aval de la cumbre estratégica, que los trabajadores son remunerados de forma justa y legal, que los procesos y procedimientos del trabajo son diseñados a favor del colaborador, que los líderes tienen las habilidades requeridas para abordar estos temas, y que los colaboradores encuentran valor en este nuevo contexto de salud organizacional.

Desde esta perspectiva el bienestar corporativo es la decisión comprometida de las máximas autoridades de una organización para generar un contexto de trabajo sano, consistente y, sobre todo, habitable para cada colaborador.

Para que una organización logre altos niveles de bienestar, es fundamental:

·        Lograr un compromiso total con este paradigma, el bienestar es responsabilidad de la organización.

·        Comprender que la felicidad es individual y propia de cada persona.

·        Desarrollar líderes que trabajan para su equipo.

·        Lograr una empatía práctica: comunicación, confianza y cercanía.

·        Disponer de una propuesta de valor valiente.

·        Establecer objetivos desafiantes y motivantes para cada área.

·        Innovar en prácticas e indicadores de HR para la mejora continua.

·        Incluir en esta planificación los ítems: familia, hogar y salud.

Fuente: Juan Marque - CEO BIG Bienestar https://www.linkedin.com/pulse/cambio-clim%C3%A1tico-organizacional-el-desaf%C3%ADo-de-toda-en-juan-marque/