El término outsourcing se compone de las palabras en inglés “out” and “source”, que juntas podrían traducirse como “origen externo”, pero en castellano se conoce como tercerización o subcontratación. Y esto es exactamente de lo que trata el outsourcing: una empresa subcontrata tareas, delega áreas o procesos de negocio a terceros, obteniendo así resultados desde el exterior. De modo que a partir de ahora un proveedor de servicios especializado prestará los servicios de los que antes era responsable la empresa. Con frecuencia, se trata de funciones secundarias, tareas que deben cumplirse para que una empresa pueda llevar a cabo su actividad principal.

Gracias al outsourcing, se pueden transferir tareas o procesos concretos a una empresa externa. Sin embargo, en determinadas circunstancias, los servicios también pueden prestarse internamente (subcontratación interna de la empresa). Tanto si se transfiere una tarea a otra empresa dentro del grupo, como si se crea una nueva empresa especializada en la tarea relevante, o si se subcontrata la tarea a trabajadores temporales, se trata de outsourcing interno. Por el contrario, en el caso de la subcontratación externa, una tarea se encarga por completo a una empresa externa, que puede ser una empresa regional o un contratista extranjero. El objetivo principal suele ser un ahorro de costos.

Beneficios de la tercerización.

Aparte del ya mencionado ahorro de costos, hay otras razones para la tercerización:

  • Aumento de la eficiencia: las empresas pueden centrarse en sus tareas y funciones fundamentales y trabajar, así, de forma más eficiente.
  • Adaptabilidad: gracias a la tercerización, aumenta la capacidad de la mano de obra. Gracias a ella, se consigue alcanzar el máximo rendimiento y producción, incluso en el caso de fluctuaciones estacionales o inusuales en sus ciclos de actividad.
  • Mayor rapidez de respuesta: se puede responder más rápidamente a los cambios, ya que las tareas pueden transferirse a terceros especializados.
  • Mejora la calidad: la tercerización suele traer consigo mejoras de calidad, especialmente en la fabricación del producto.
  • Ahorro de costes: las empresas externas están altamente especializadas en los servicios que ofrecen, por eso pueden trabajar de forma más rentable y presentar ofertas atractivas.
  • Falta de know-how: cuando en una empresa se implementan nuevos procesos, con frecuencia se desconoce el know-how de estos o se carece de empleados cualificados para llevarlos a cabo. El outsourcing es una alternativa a la contratación de nuevos especialistas.

El outsourcing sigue ganando relevancia.

El outsourcing ha ido ganando relevancia en las últimas décadas. Muchas empresas recurren a estrategias de outsourcing para adquirir servicios de forma rentable y poder centrarse más en sus funciones principales. Para que estas medidas alcancen el éxito deseado, se necesitan enfoques modernos de producción y logística.

En el contexto de la globalización –gracias a conceptos globales de logística y al desarrollo constante de Internet– hoy en día es más sencillo que nunca para una empresa transferir parte de sus procesos a compañías externas. Si la externalización se utiliza correctamente, se pueden acelerar los procesos de trabajo y mejorar los productos o servicios. Todo ello permite hacer frente a la creciente competencia global.